Aunque se han dedicado muchos estudios al origen y a la función de las palabras, como L. Ronald Hubbard señala con toda razón, la forma en que las palabras nos afectan se ha ignorado en gran medida. Ese es el campo de la Aclaración de Palabras: la manera en que un malentendido afecta al aprendizaje y, en consecuencia, a la calidad de nuestra vida, y la manera de resolver el problema. Como se ha señalado, la Aclaración de Palabras es parte del campo más amplio de la Tecnología de Estudio de LRH. Sin embargo, dado que el malentendido puede impedir efectivamente la comprensión de temas de toda una materia en su totalidad (matemáticas, idiomas, historia), el aclarar palabras que causan dificultades adquiere una importancia enorme. Además, el malentendido es lo que produce el alejamiento de una materia y, a su vez, la hostilidad. De ahí la correlación entre la ignorancia y el crimen, de la que tanto se ha hablado, y de ahí la transformación de los miembros de pandillas callejeras en Los Ángeles que literalmente cambiaron sus armas por los libros, mediante la aplicación de los métodos de estudio de LRH.
Por último, y teniendo en cuenta la manera en que el malentendido afecta nuestro dominio del lenguaje en general, se puede ver el significado completo de la Aclaración de Palabras como un instrumento para alcanzar una amplia revitalización cultural. Para expresarlo de la manera más sencilla, Ronald dice que la palabra malentendida nos hace sentir incómodos con las palabras, incapaces de expresarnos y taciturnos, como el sombrío espectro del torpe estudiante de finales del siglo XX que habla con monosílabos. Sin embargo, hasta el lector aparentemente erudito puede padecer de lo que LRH describió como pequeños “ajustes” en la comprensión y, en consecuencia, una inhabilidad para captar los significados de forma conceptual. Es decir, que uno puede leer las palabras como tales, pero no puede siquiera empezar a apreciar la extensión de su significado. Para mencionar una consecuencia de esto, sectores completos de la población ya no son capaces de apreciar la literatura de calidad, como evidencia el hecho de que se solía leer a Charles Dickens en las tabernas de Inglaterra ante oyentes extasiados y llenos de entusiasmo, mientras que los bares de fines del siglo XX ofrecen encuentros de lucha libre en grandes pantallas de televisión.
Todo esto, y más, es el tema de un ensayo escrito por L. Ronald Hubbard en 1980, “Aclaración de Palabras: Educación y Comprensión”. Se reimprime aquí por primera vez; y aunque, como Ronald declaró en una ocasión, el milagro de la Aclaración de Palabras debe experimentarse para ser apreciado, en este trabajo nos explica el fenómeno de la palabra malentendida y la asombrosa revelación de la solución que él propone.
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